¿Cómo Se Ve Afectada La Salud Dental en el Embarazo?
Durante el embarazo, la dentadura también se ve afectada, es muy común sufrir problemas con las encías y el esmalte. Las caries y las gingivitis son muy molestas, a veces insoportables, un cuidado previo de tu dentadura y con más énfasis durante el periodo gestacional, ayudará a evitar el viejo proverbio “por cada hijo, un diente”.
Los dientes están recubiertos de una capa especial llamada esmalte, que los protege de cualquier agresión externa. Durante el período gestacional la composición de la saliva se ve alterada, disminuye el pH y se afecta la función para regular los ácidos producidos por las bacterias. Gran parte de lo que ocurre en el esmalte de los dientes tiene lugar por recambio de minerales con los de la saliva y no por disminución de calcio como antes se pensaba.
Cuando esta capa va desapareciendo progresivamente, deja de protegerlos y permite a los gérmenes presentes en la boca que puedan atacarlos. Un alto consumo de azúcares puede hacer que la placa dental sea más agresiva, y las bacterias que ahí habitan, producen ácidos que atacan el esmalte y provocan caries. Si no se soluciona a tiempo, puede quedar afectada más de una pieza dental.
¿POR QUÉ SE HACEN LAS CARIES DENTALES?
La primera etapa en el desarrollo de la caries es el depósito, también denominado placa, de una película de productos precipitados de saliva y alimentos en los dientes. Esta placa está habitada por un gran número de bacterias disponibles fácilmente para provocar la caries dental.
Durante el embarazo el organismo produce una hormona llamada relaxina, cuya función es relajar las articulaciones de la embarazada para facilitar el parto. Algunos estudios plantean que esta hormona puede actuar también provocando una ligera movilidad dentaria que facilita la entrada de restos de alimentos y que la placa dentobacteriana se deposite entre la encía y el diente, lo que origina la inflamación de estas. Esta movilidad dentaria remite después del parto.
¿QUE ES LA GINGIVITIS GESTACIONAL?
Los cambios más frecuentes y marcados durante el embarazo radican sobre las encías, dando lugar a la llamada gingivitis del embarazo, padecimiento que se caracteriza por una encía aumentada de tamaño, de color rojo y que sangra con facilidad. A muchas embarazadas les sangran las encías por esta causa, sobre todo cuando se cepillan los dientes, y si la gingivitis no se trata adecuadamente, puede desencadenar en una enfermedad periodental que afecta a los tejidos que unen el diente y el hueso.
La inflamación de las encías o gingivitis se hace más evidente a finales del primer trimestre, después puede mantenerse o aumentar en el segundo trimestre, pero remitirá tras el parto. Se ha demostrado que los cambios hormonales y las modificaciones en el sistema inmunológico de la madre son un factor importante para la alta sensibilidad de las encías.
A pesar de que estos cambios fisiológicos ocurren en todas las embarazadas, no en todas se presentan las alteraciones descritas. Esto se debe, en parte, a la predisposición genética individual de padecer o no ciertas enfermedades, así como también al estado sociocultural de cada una, teniendo en cuenta, según estudios realizados, que a mayor nivel educativo y condiciones socio económicas, esta afección se comporta en menor escala
Para evitar estos problemas hay que mantener una buena higiene bucal, cepillarse los dientes al menos dos veces al día, si es necesario con un cepillo más suave, y utilizar el hilo dental para las zonas donde el cepillo no puede llegar. El aumento de consumo de calcio con yogures, quesos, leche, etc. reforzará tus huesos y tus dientes, además de consumir proteínas procedentes de carne, pescado y legumbres que ayudarán en la defensa contra las infecciones. Vitaminas como la B, C y D, también serán un buen apoyo.
Si tienes necesidad de realizarte un relleno , no te preocupes, la anestesia local que se usa en este caso es seguro y no tiene efectos perjudiciales para tu bebé. Las radiografías de rutina que generalmente te toman durante la revisión anual pueden posponerse hasta después del embarazo, pero algunas veces será necesario que tu médico tome alguna radiografía para poder hacer el tratamiento. De acuerdo con el Colegio de Radiólogos Americano, una sola radiografía no tiene una dosificación suficiente para dañar a un embrión en desarrollo o al feto, sin embargo, recomiendan también- por precaución- evitar las radiografías durante el primer trimestre del embarazo cuando están en desarrollo los órganos del bebé.
Visitar al dentista en cuanto notes alguna molestia bucal, puede prevenir males mayores, incluso en la salud de tu bebé. No lo dejes pasar.
Fuente Informativa: webmd.com; geosalud.com;ada.org