Los Quistes Bucales es una lesión contenida de líquido y es una de las patologías dentales más comunes en el consultorio. La mayoría de los quistes son benignos -si se diagnostican a tiempo. Éstos se pueden transformar en malignos si no se les proporciona el tratamiento adecuado a su momento, ocasionando que se expandan y se pierda tejido óseo de los maxilares, tejido de los dientes vecinos, entre otras complicaciones mayores.
Su origen es multifactorial, desde una caries profunda, una endodoncia mal sellada, hasta los que se presentan sin ninguna causa, como son los quistes foliculares, que se forman alrededor de un diente que aún no ha erupcionado; esto ocurre debido a que se produce una acumulación de líquido, entre la corona del diente y el tejido que lo recubre, antes de hacer erupción.
La mayoría de los quistes son detectados por el odontólogo en una consulta de rutina, sin embargo, existen casos como el de los quistes gingivales o mucosos, en los cuales el paciente refiere un aumento de volumen o protuberancia en boca. De igual forma, existen quistes que sólo se observan radiográficamente.
En cuanto a la sintomatología, varía de acuerdo al tipo de caso clínico que se presente. Se pueden hallar quistes que por su localización producen mucho dolor o sensación de presión, y otros que son totalmente asintomáticos, de hecho la mayoría de los pacientes no sabe que presenta esta patología hasta el momento de acudir a consulta con el especialista.
La mayoría de los quistes se tratan de forma quirúrgica, todo depende de la localización, el tamaño y el tiempo de evolución que éstos tengan. Existen muchos de los quistes apicales que se pueden tratar con una apicectomía y un retratamiento de conducto.
Para evitar estos inconvenientes en boca, es fundamental mantener una buena higiene bucal y asistir a control odontológico cada 6 meses; de esta manera, de hallarse alguna patología puede ser tratada a tiempo.