Absolutamente para nada, al menos ese es el consenso. A nuestros antepasados de las cavernas les ayudaban a masticar las raíces, la carne cruda y otros alimentos duros. Pero con el paso del tiempo, nuestra dieta cambió y pasamos a ingerir comidas más blandas.
Las muelas del juicio, también llamadas terceros molares ó cordales, están programadas para salir entre los 17 y los 20 años de edad, edad en la que se supone que ya vamos adquiriendo un carácter juicioso y dejamos de ser niños. Como los dientes humanos todavía están evolucionando, los expertos creen que la muela del juicio desaparecerá a medida que los alimentos se vayan refinando y se reduzca el tamaño de nuestro maxilar.
El hecho de que nuestro tercer molar no aparezca en todos los seres humanos, y que sólo un 5% de la población posee un juego sano de las 4 muelas, nos puede hacer una idea de lo “útiles” que son para nosotros.Como ya mencionamos, nuestros antepasados sí necesitaban éstas muelas para mejorar su masticación, y para ello tenían mejor preparada la boca. Sus maxilares eran un tanto mayor que nuestras mandíbulas actuales, por lo que había espacio para la salida sin problemas de estas muelas. Pero además, era muy común que, debido a la dura dieta que llevaban, sus demás dientes se desgastaran e, incluso, perdieran alguno de los otros molares, dejando camino libre para la correcta salida de la muela del juicio. En nuestro caso, son las muelas del juicio inferiores las que suelen dar más problemas, y que es el maxilar que más ha reducido su tamaño a lo largo de nuestra evolución.
¿Nuestros Maxilares Siguen Evolucionando?
Desde luego. La forma de la cara depende de la función. En el futuro, habrá una mayor utilización del cerebro y por tanto un cráneo mayor. También aumentarán de tamaño los ojos, pero el resto de la cara no crecerá porque depende de la alimentación, cada vez más elaborada; por lo tanto, se ejercitarán menos los músculos. La cara se afinará, se alargará y el mentón tenderá a desaparecer. El número de dientes disminuirá y probablemente las muelas del juicio desaparecerán por completo, igual que los segundos premolares y los incisivos laterales
Por lo Pronto Nos Siguen Causando Muchos Problemas
Los problemas más comunes que pueden dar las muelas de juicio son la falta de espacio. En algunas personas cuando llega el momento de aparecer en boca, la muela no tiene espacio suficiente para poder salir porque el hueso no se desarrolló lo suficiente en esa zona, en estos casos la muela queda atrapada en el interior del hueso y jamás podrá erupcionar bien, quedará a mitad de camino y será un molar retenido o incluido, una muela que no salió completamente.
Las muelas retenidas, o incluídas, empiezan a ejercer presión sobre la muela adyacente, el segundo molar, y es entonces cuando empiezan a aparecer los dolores y hasta incluso pueden torcer los demás dientes de la arcada. También ocasiona que se acumulen detritos alimenticios que quedan atrapados en ese espacio por estar medio erupcionadas, ocasionando que se inflamen los tejidos que la rodean y se produzca una “pericoronalitis” (inflamación alrededor de la corona de la muela ) con mucho dolor. Una forma de darnos cuenta si tenemos una pericoronalitis es tocarnos suavemente con el dedo (limpio) la zona, si al presionar la piel hay dolor casi seguro que se trata de ella, pero es el dentista de confianza el que tendrá la última palabra.
Casi siempre el tratamiento para estos dos casos es la extracción para evitar que los dientes se tuerzan o para evitar que la comida se siga quedando atrapada allí según cada caso. El agua y sal y los enjuagues de clorhexidina ayudan a aliviar la angustia pero en todos los casos, cuando hay problemas hay que acudir al dentista y no esperar a último momento cuando ya no podamos aguantar más.
Artículo condensado de www.muy interesante; diezminutos; sciencuriosities